“…Creo que la risa es el mejor quemador de calorías. Yo creo en besar, besar mucho. Creo en ser fuerte cuando todo parece ir mal. Creo que las niñas felices son las chicas más
guapas. Creo que mañana será otro día y creo en los milagros…”
(AUDREY HEPBURN)
Hace poco leí acerca de las señales, creo en
ellas, me hacen pensar que a veces casi todo tiene un porque.
Así observándolas, he atraído cosas y personas a
mi vida, algunas de manera inesperada y otras porque fervientemente lo deseaba.
Ahora por
ejemplo mientras escribo entra el sol por la ventana e ilumina el cuarto y creo
que es parte de lo que deseaba ver mientras escucho una canción que se llama “esperando el sol para brillar”…coincidencia
o casualidad? No lo sé, es mi presente, está
sucediendo y lo estoy disfrutando.
Aceptar algunas cosas que no entendemos es
inevitable, algunos me dicen que “pasan
porque tienen que pasar y punto”, ellos se consideran a si mismos personas
simples, que no le buscan las 5 patas al gato.
Habemos
otros a los que esa explicación sencillamente no nos conforma y a nosotros,
ellos, los simples, nos consideran enrollados ó intensos. Honestamente,
prefiero serlo. Siendo así, he descubierto, cosas, situaciones, momentos,
canciones, sentimientos y persona maravillosos que se me hubiese perdido si no
voy un poco más allá.
No es fácil y no ha sido fácil dejarme llevar,
saber que traigo experiencias de mi vida en las que esa forma de ser no me ha
dejado buen sabor de boca y me ha sacado lágrimas del alma. Sin embargo me he
dosificado y cada día estoy tratando de temer menos a seguir descubriendo por
mi cuenta todo lo que puedo.
Me
etiquetaron y me dejé etiquetar muchas veces. Me hirieron y me herí y eso marcó
parte de mi vida, hasta que me reencontré y me vi sola y me sentí tan aliviada,
porque pensé que estaría mejor, protegida…así estuve años.
Hace poco desde muy lejos sentí que me llegó lo
que estaba esperando, mi perdón por el pasado que viví, donde me reclamé tantas
cosas, donde me critiqué. Y de pronto me di cuenta de que nada de eso hoy me
servía y así fue como llegó ese mensaje que nunca creí recibiría…
Fue un
gracias por tantos años de amor, un gracias por haber sido yo, porque eso le quedó
y marcó su vida para bien y sencillamente ahora, era yo la que no lo podía
creer.
Venía ejercitando mi mente viéndome desde
afuera, como quería que me vieran los demás, como sé que soy por dentro: una
persona con capacidad para dar y recibir sin tener que sacrificar ni criticar,
y cada día después de que tomé esa decisión, cosas y personas maravillosas
siguen llegando o regresando a mi vida y otras que pensaba indispensables poco
a poco se han alejado sin dolor…Así que recibí la aprobación a esta nueva etapa
de mí.
Pero casi
nada de entrada es sencillo, nada que realmente valga la pena es necesariamente
muy fácil ó muy difícil, depende del punto desde donde lo veas. Si necesitas
aprender de eso, posiblemente pasará en tu vida un período de tiempo para
entender y avanzar.
Y entonces también me llegó una nueva señal, una
situación nueva que afrontar, y me llegó sin el manual escrito, sencillamente
apareció en mi vida y no me percaté. Como un travieso demonio empezó a colarse
en los sitios donde pensaba que por experiencias pasadas, tenía el control,
pero no, al parecer de esto se trata la vida: del pasado aprendes pero se debe
quedar allí, no te controla, esto es lo que te permite avanzar y vivir el
presente.
Escuché
que nosotros queremos saberlo todo, queremos dar un paso sabiendo lo que nos va
a ocurrir y cómo va a ocurrir, para que no se descontrole nada…a eso se le
llama barreras, porque ese espacio de descontrol nos da miedo y es mejor
permanecer quietos…pero hoy creo que a veces es bueno dejar de tener el
control, lo he vivido y es sencillamente sano darme el permiso.
No se trata de ir desbocada por la vida, se
trata de respirar, relajarme y dejar que las personas se acerquen y las cosas
sucedan.
Mis
experiencias pasadas, son eso, pasado y como también escuché por allí, no debo
traerlas a mi presente, si me hacen daño.
Entonces, poco a poco voy: mirando como las
cosas suceden, viendo con ese pequeño demonio que hay acciones que de nuevo se manifiestan, pero esta
vez no estoy parándome a sufrir ó preguntándome mil veces por qué.
No las
comparo con mi pasado, sencillamente si no es lo que quiero, si no me funciona,
les dejo espacio para que evolucionen y se vayan. No me estoy culpando. Es el
presente, no me conformo y lo mejoro porque solo yo tengo el poder para eso.
Ahora
mismo pensaba que era bueno que esto lo leyera una persona antes de publicarlo,
pero esa persona en este momento no está disponible para hacerlo, así que en
lugar de angustiarme o molestarme, ahora pienso que si esto debe llegar a sus
manos, en su momento, llegará.
Estoy
aprendiendo que así es que se va el pasado, alguna vez llegará el futuro y vivo
mejor el presente.
Hola Asbhy. Me gustó y acabo de marcar como interesante tu escrito del blog. Tus reflexiones marcadas por lo vivencial y mi interés en el tema de las "causalidades" me lleva a querer compartir contigo un interesante artículo sobre este tema de múltiples implicaciones. Léelo y me comentas en su oportunidad (nos seguimos en Twitter..=): http://elpais.com/diario/2011/03/06/eps/1299396413_850215.html
ResponderEliminarMuchas Gracias!!! Quedo pendiente de comentar tu escrito!
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