Hoy fui testigo de
una situación que honestamente me hizo pensar y ver más alla de las apariencias...
Ante todo quiero
aclarar que no soy tan ilusa, sé que hay mucho que hacer, hay mucha gente a la cual hay que
demostrarle y convencer, pero creo que podemos tener opción a un nuevo camino.
Por razones que no
vienen al caso, me tocó aventurarme y subir a una camioneta por puesto, que
cubre la altura La California/San Martin.
Quienes tienen la
necesidad o conocen de esta ciudad, saben que eso es atravesar en ese
transporte público la ciudad prácticamente de extremo a extremo.
No había mucho tráfico
producto de las vacaciones escolares vigentes, así que la ruta se hizo ligera
aunque igualmente larga.
A mitad de la ruta,
la camioneta paró y subieron varias personas, entre ellas un señor que supera
los 65 años de edad, de contextura delgada y vestido de manera humilde. Junto a
él subieron en esa misma parada 4 personas todas identificadas con material del
partido de gobierno actual.
Primero subieron
estos señores además jóvenes y que por su apariencia podrían identificarse como
personas de lo que antes se conocía clase
media y luego subió el sexagenario quien al hacerlo expresó lo siguiente: “Buenas Noches a todos…menos a los chavistas…a
esos ni el saludo”.
Por supuesto nos
quedamos todos estupefactos, porque no
es usual ese tipo de comentarios públicamente en un ambiente tan polarizado
como el de nuestro país…
El señor se sentó y
empezó a conversar en voz alta acerca de algunos puntos con la intención de
buscar conversación a los partidarios de gobierno. Por supuesto la idea era
evidente: obtener respuesta de ellos, lo cual logró.
Al principio nos
hizo gracia, porque el señor planteaba situaciones jocosas a favor de Capriles
y cantó una estrofas estilo contrapunteo.
Sin embargo comenzó
la reacción de los simpatizantes que sin alterarse agresivamente buscaban imponer su opinión
alzando la voz. Comenzaron a hacer comentarios y una de las preguntas que
buscaba restar meritos a Capriles fue: “Cual es la novia de Capriles?” haciendo
alusión a su tendencia sexual y un pasajero de la camioneta le respondió: “la misma de Chavez”…y de pronto: silencio!
Alguien vio el
reloj (de marca) de uno de los que iba defendiendo al “comandante” y le preguntó: “Y tu reloj es cubano?” nuevamente: silencio!
De inmediato (como
cosa rara) los chavistas comenzaron a insinuar cosas sobre el candidato
opositor más fuertes y defender a su opción política, siempre a voz alzada.
Por supuesto el
señor no se quedó callado e inmediatamente comenzó a dar un discurso en base a
sus conocimientos académicos y experiencia de vida, mencionando hechos a los
que los chavistas tuvieron que quedarse callados nuevamente. Por ejemplo:
Les habló ("por si
no se los habían contado") de la invasión de la guerrilla cubana cuando Castro
había decidido derrocar al presidente Rómulo Betancourt, elegido
democráticamente en 1958 matando a militares venezolanos… de nuevo por parte de los señores oficialistas: silencio!
Les preguntó si sabían
que significaba la octava estrella en la bandera… y de nuevo los señores oficialistas: silencio!
Les preguntó porque
Chavez había cambiado la orientación de la cabeza del caballo en el escudo… y
de nuevo los señores oficialistas: silencio!
Pedían respeto para
Chavez mientras hablaban de manera despectiva de Maria Corina, Capriles, etc…hasta
con la estatura del sexagenario se metieron. No voy a dejar de reconocer que en
algún momento el sexagenario se puso molesto y empezó también a manifestar su
rechazo al presidente de manera un poco altanera, lo cual tampoco es digno de apoyo por mucho que no lo
toleres.
Comentarios iban y venían,
realmente algunos sosos sobre todo de los partidarios del gobierno que no respondían
a los planteamientos que se les hacían.
Finalmente una
señora que iba en la camioneta junto al chofer, les dijo: “¿pero Uds se están oyendo? piden respeto burlándose de los demás? No
hace falta decir groserías para ser grosero, la manera despectiva de hablar que
tienen es aun peor”
Pidió que dejaran
de gritar y discutir porque aunque fuese de manera jocosa no era agradable
estar en un ambiente hostil.
Otra persona
apoyando este argumento además indicó que debían respetar la edad y condición
del señor a los que los partidarios del oficialismo comenzaron a “pitar” en tono
de burla.
Personalmente esto finalmente
me hizo reaccionar por lo que intervine apoyando las opiniones de estas
personas indicándoles que era increíble a donde habíamos llegado, que esto no
se iba a resolver discutiendo entre nosotros, que para eso estaban los votos y
que la decisión es individual. Les indiqué que me parecía realmente absurda la
conducta mal educada de todos ellos, que ante un llamado al orden y la calma
reaccionaran pitando, que esa es la Venezuela en que nos hemos convertido y en
la que no podemos seguir viviendo…y entonces en toda la camioneta: silencio!
Por unos minutos el
señor volvió a hablar y de nuevo los partidarios oficialistas iban a comenzar a
responder, hasta que llegamos a un punto del camino en el que (al fin!) los del
PSUV les correspondía bajarse.
Una de estas
personas tratando de irónicamente, ser educada dijo: “Buenas Noches para todos”
y la gente de la camioneta (que iba bastante ocupada de pasajeros) imagino qye molesta, no
respondió.
Ante esto antes de
bajarse el último de ellos dijo algo a favor del presidente vigente que no
alcance a escuchar, porque todos los que aun iban sentados en el transporte lo
interrumpieron gritándoles: “¡hay un
camino, hay un camino…claro que hay un camino!” y finalmente se tuvieron
que bajar.
Hasta el chofer del
bus finalmente dio su opinión: “Nunca he
votado ni votaré por Chavez, soy un joven universitario que hago este trabajo
para ayudar a mi papá y siento que aquí no hay futuro”.
Hubo otros
comentarios en el bus: “¿Por qué países como
Brasil y Colombia que están al lado de nosotros han logrado llegar al siglo XXI
en varios niveles y nosotros seguimos igual hace años atrás?”.
En verdad no me dio
chance recoger todas las impresiones que la gente comenzó a compartir.
El carro llegó a
San Martin, Capuchinos, y el sexagenario que había comenzado todo, nos deseó
buenas noches y pidió que por favor lo dejaran en la próxima parada y así fue,
se bajó y siguió caminando San Martin adentro y de nuevo el joven conductor
habló: “Me quedó loco porque al ver a ese
señor yo hubiese pensado que era chavista, nunca creí que fuera un opositor”.
Yo no quiero
dejarles mi opinión, solo les dejo la historia y les digo: saquen Uds. sus conclusiones…