miércoles, 20 de febrero de 2013

LOS CASI 40...



(Esto no es necesariamente LA realidad...es solo el entorno donde me muevo)

Estoy próxima a entrar a una nueva década. Esto es un secreto para pocos, porque nunca he tenido la necesidad de ocultar mi edad.
Como en toda “fecha de corte” y aunque aun faltan un poco más de 2 meses, es lógico revisar algunas cosas.
Recuerdo que tenia el temor hace 10 años de sufrir el síndrome de los 30´s es decir darme cuenta de que había llegado a cierta etapa de mi vida en la que tenia mas cosas que no había logrado que las que si. Sin embargo “pase lisa” como dicen por allí y no me deprimí ni nada parecido.
Me propuse disfrutar lo más que pudiera de las oportunidades que se presentaran y así fue.
Casi diez años después estoy aquí de nuevo revisando un poco lo que ha pasado y me encuentro con que no solo me sucede a mi sino a muchos de mis amigos.
La mayoría hemos estado en relaciones por mucho tiempo, quizas cargadas de intensidad de las que hemos sobrevivido y de alguna manera han marcado para bien (o mal) nuestras vidas y carácter. Nuestras relaciones con padres, parejas, jefes han influido en eso que llamamos personalidad.
Muchos (o la mayoría) de mis amigos (y con esto me refiero a ambos sexos)  son divorciados, es decir se casaron pensando que era para toda la vida pero no funcionó. Algunos tienen hijos(as) hermosos y sanos a los que aman con locura aunque incluso no los puedan ver todos los días.
Otros siguen en matrimonios en los que a lo mejor (no necesariamente me refiero a todos) han sido o les fueron infieles pero se dieron cuenta así de que realmente estaban enamorados(as) ó que era mejor quedarse allí, en una zona segura. Otros de verdad, están enamorados aun de sus parejas de hace tiempo o recien encontraron a esa persona que buscaban.
Algunos(as) se vuelven a comportar ahora como niños(as) disfrutando de todo lo que antes no podían incluso con y tanto ó más que sus propios hijos.
Algunos(as) están económicamente estables (algo casi imposible en mi país) y otros estamos diariamente "superviviendo".
Pero todos tenemos casi 4 décadas de vivencias encima.
Cuarenta suena a número grande, a número de responsabilidad, un número con el que al parecer no será bien visto  hacer más el “oso”por la vida…un número maduro.
Y así algunos nos tomaremos en serio el calendario ó quizás pensaremos que este ES (ahora si) nuestro mejor momento.
El tema es que aunque quizás lo queramos tildar de “psicológico” el número trae consigo una serie de experiencias que nos definen hoy como persona.
Quizás aun somos intensos porque nos negamos a perder la esencia y queremos todo para ya, por la inmediatez con que nuestra generación estuvo siendo obligada a crecer…nos enamoramos temprano, nos unimos, nos casamos, íbamos a madurar, había mucho de romántico y de repente nos cambiaron las señas y nos encontramos entre el Y2K y la presión de nuestros padres criados por nuestros abuelos, todos nacidos aun, en el siglo pasado, literalmente.
Nosotros mismos pasamos de un siglo a otro, arropados por la tecnología que no hemos terminado de aprender y ya muchos niños décadas menores, dominan mejor que nosotros.
Así que de alguna forma al parecer crecimos con el derecho divino de desechar…de botar aquello que nos deja a mitad de camino ante los demás, eso incluye a las personas, porque tenemos que ponernos pronto al día.
Me siento orgullosa de mi educación, aunque a veces hay cosas que me gustaría haber podido cambiar para que no afectaran tanto mi manera de actuar ante algunas situaciones, pero soy lo que soy hoy con posibilidades de mejorar, tomar nuevas acciones, cambiar reacciones, porque aun hay tiempo de aprender y de ser humildes para recibir lecciones de otros, mas no de permitir que esos otros nos hagan sentir menos o inferiores…todos necesitamos una nueva oportunidad.
Ya a esta edad se supone que uno no debe ser un camaleón adaptando su personalidad  al entorno. Sin embargo, si que aun podemos revisarnos, cada vez que algo no sucede de la manera que esperamos, porque quizás es culpa de ese peso que venimos cargando y que se llama experiencia, pero aun podemos flexibilizarnos.
Estoy a favor de vivir mejor el presente, de no quedarme unas décadas atrás ni pensar en las que vendrán. Si creo que es importante asegurarse estabilidad en algunas áreas, pero todo eso hay que hacerlo, ahora, en el presente.
La mayoría de los casi 40 que conozco (y algunos que ya cruzaron la barrera pero aun están en la década) están separados  o emparejados de nuevo, compartiendo custodia de los hijos…la otra parte no lo está, ya sea porque están casados hace años o solteros como yo y es más común cada día unirnos a alguno de esos clubes…
Los por qué? son respuestas que aun estamos buscando…pero que no nos hacen infantiles o fracasados, quizás es que aun seguimos creciendo.
Es fácil decir no juzgues, pero crecer y llegar aquí no ha sido fácil, algunos aun dudan exactamente de lo que quieren, como definirlo o de cómo obtenerlo…otros ya estan muy claros y lo han logrado. Cual es la mayoría? Dificil decidir.
Somos felices? Si entendemos eso como momentos particulares de la vida, diría que la mayoría lo somos, aunque en el fondo muchos aun extrañamos ese pedazo de juventud que la inmediatez, arrancó.
No se trata de justificar inmadurez, se trata de que nosotros aun, estamos viviendo.

Y si sientes ganas de criticarme o no estas de acuerdo conmigo,
mira lo que esta escrito debajo de la foto!
:)

martes, 12 de febrero de 2013

Febrero, Dia 12...


“…Creo que la  risa  es  el mejor quemador de calorías. Yo creo en besar, besar mucho. Creo en ser fuerte cuando todo parece  ir  mal. Creo que las niñas felices son las chicas más guapas. Creo que mañana será otro día y creo en los milagros…”

(AUDREY HEPBURN)

Hace poco leí acerca de las señales, creo en ellas, me hacen pensar que a veces casi todo tiene un porque.
Así observándolas, he atraído cosas y personas a mi vida, algunas de manera inesperada y otras porque fervientemente lo deseaba.
Ahora por ejemplo mientras escribo entra el sol por la ventana e ilumina el cuarto y creo que es parte de lo que deseaba ver mientras escucho una canción que se llama “esperando el sol para brillar”…coincidencia o casualidad?  No lo sé, es mi presente, está sucediendo y lo estoy disfrutando.
Aceptar algunas cosas que no entendemos es inevitable, algunos me dicen que “pasan porque tienen que pasar y punto”, ellos se consideran a si mismos personas simples, que no le buscan las 5 patas al gato.
Habemos otros a los que esa explicación sencillamente no nos conforma y a nosotros, ellos, los simples, nos consideran enrollados ó intensos. Honestamente, prefiero serlo. Siendo así, he descubierto, cosas, situaciones, momentos, canciones, sentimientos y persona maravillosos que se me hubiese perdido si no voy un poco más allá.
No es fácil y no ha sido fácil dejarme llevar, saber que traigo experiencias de mi vida en las que esa forma de ser no me ha dejado buen sabor de boca y me ha sacado lágrimas del alma. Sin embargo me he dosificado y cada día estoy tratando de temer menos a seguir descubriendo por mi cuenta todo lo que puedo.
Me etiquetaron y me dejé etiquetar muchas veces. Me hirieron y me herí y eso marcó parte de mi vida, hasta que me reencontré y me vi sola y me sentí tan aliviada, porque pensé que estaría mejor, protegida…así estuve años.
Hace poco desde muy lejos sentí que me llegó lo que estaba esperando, mi perdón por el pasado que viví, donde me reclamé tantas cosas, donde me critiqué. Y de pronto me di cuenta de que nada de eso hoy me servía y así fue como llegó ese mensaje que nunca creí recibiría…
Fue un gracias por tantos años de amor, un gracias por haber sido yo, porque eso le quedó y marcó su vida para bien y sencillamente ahora, era yo la que no lo podía creer.
Venía ejercitando mi mente viéndome desde afuera, como quería que me vieran los demás, como sé que soy por dentro: una persona con capacidad para dar y recibir sin tener que sacrificar ni criticar, y cada día después de que tomé esa decisión, cosas y personas maravillosas siguen llegando o regresando a mi vida y otras que pensaba indispensables poco a poco se han alejado sin dolor…Así que recibí la aprobación a esta nueva etapa de mí.
Pero casi nada de entrada es sencillo, nada que realmente valga la pena es necesariamente muy fácil ó muy difícil, depende del punto desde donde lo veas. Si necesitas aprender de eso, posiblemente pasará en tu vida un período de tiempo para entender y avanzar.
Y entonces también me llegó una nueva señal, una situación nueva que afrontar, y me llegó sin el manual escrito, sencillamente apareció en mi vida y no me percaté. Como un travieso demonio empezó a colarse en los sitios donde pensaba que por experiencias pasadas, tenía el control, pero no, al parecer de esto se trata la vida: del pasado aprendes pero se debe quedar allí, no te controla, esto es lo que te permite avanzar y vivir el presente.
Escuché que nosotros queremos saberlo todo, queremos dar un paso sabiendo lo que nos va a ocurrir y cómo va a ocurrir, para que no se descontrole nada…a eso se le llama barreras, porque ese espacio de descontrol nos da miedo y es mejor permanecer quietos…pero hoy creo que a veces es bueno dejar de tener el control, lo he vivido y es sencillamente sano darme el permiso.
No se trata de ir desbocada por la vida, se trata de respirar, relajarme y dejar que las personas se acerquen y las cosas sucedan.
Mis experiencias pasadas, son eso, pasado y como también escuché por allí, no debo traerlas a mi presente, si me hacen daño.
Entonces, poco a poco voy: mirando como las cosas suceden, viendo con ese pequeño demonio que hay acciones que de nuevo se manifiestan, pero esta vez no estoy parándome a sufrir ó preguntándome mil veces por qué.
No las comparo con mi pasado, sencillamente si no es lo que quiero, si no me funciona, les dejo espacio para que evolucionen y se vayan. No me estoy culpando. Es el presente, no me conformo y lo mejoro porque solo yo tengo el poder para eso.
Ahora mismo pensaba que era bueno que esto lo leyera una persona antes de publicarlo, pero esa persona en este momento no está disponible para hacerlo, así que en lugar de angustiarme o molestarme, ahora pienso que si esto debe llegar a sus manos, en su momento, llegará.
Estoy aprendiendo que así es que se va el pasado, alguna vez llegará el futuro y vivo mejor el presente.