Muchas de las decisiones que nos
toca tomar, nacen de necesidades de cambio.
Algunos motivados a mejorar,
algunos por temor a perder la comodidad o lo que tenemos.
Algunos impuestos
aunque no nos gusten y aunque en la mayoría representan actos de valentía en
otros nos pueden volver cobardes.
Tengo varias semanas pensando fuertemente
que va a ser de mi futuro. Qué va a ser del futuro de mi país en general. Y me
pregunto, estando, donde me voy a quedar, Caracas, cómo puedo hacer para
sentirme mejor cuando todo lo que me rodea es cada vez peor y afecta la psiquis
no solo de quienes leen noticias y no se despegan de internet, la radio, la tv,
la prensa obsesionados con que algo pase o no, de los que salen a hacer cola
para comprar o de los que viven acosados por la inseguridad, sino que nos
afecta a todos.
En estas semanas muchos de esos
pensamientos me hundieron en una “gran mini depresión”, porque fue importante
en intensidad pero trabajé y sigo trabajando en ella, para que no durara mucho
y por lo tanto no dejarme ahogar…Y es que muchas veces los que nos dedicamos a
las artes, la comunicación, la gente, las letras, quedamos un poco exhaustos
de ese contacto diario con la realidad y se nos hace difícil escapar de ella
sin imaginar el futuro, porque casi siempre nos anticipamos.
Además las mujeres tenemos
tendencia a ser intuitivas y eso nos ayuda a anticiparnos a las cosas, eso
puede que canse….pero justo allí, en ese
punto, me dije, tengo que aprovechar lo positivo!
En estos días leí que el mejor método
para dejar de fumar es decidir de golpe un día…
Así lo hice yo por cierto: aunque tenia meses pensando en dejar el cigarrillo, un día desperté y me dije: “si!
Hasta hoy fumo”.
De eso han pasado casi 4 años y aunque no niego que hay
momentos en los que me digo, extraño un cigarro ahora, entiendo que va asociado
más a la sensación, que a la verdadera necesidad que tenia de fumar, era más psicológico
que otra cosa.
Tomé la decisión más rápida de mi vida y es una de las que mejor me ha hecho sentir, porque sabia que seria bueno para mi.
Y hay que ver como influye
nuestra mente, en nosotros!
Entonces si este elemento, la
mente, es tan poderoso, cómo puede ayudarme a salir de mi estado de preocupación,
sabiendo que no estoy enferma de depresión, sino que soy una persona pre-ocupada
por el futuro?
Mi primer paso, fue, entender que
yo tengo la fuerza! Esta frase que
parece marketing de StarWars no es solo eso, es una gran verdad. Tengo que
empezar por revisar (me) y entender que necesito. Fácil no es, pero tengo que
empezar por alguna parte...y cómo la encontraba? Si a veces ni ganas de salir de la cama tenía?
Revisar qué quiero…qué quiero ser…no
importa si tengo 40 o si soy una millenials (que por cierto yo me considero una de ellas, aunque según quienes ponen etiqueta no entro en el target por la
edad).
Esta pregunta te la hacen desde
que eres pequeña, qué quieres ser…
No recuerdo qué respondía de
niña, pero peor fue darme cuenta de que aun habiendo estudiado una carrera y
ejercerla, me hicieron la pregunta ya de grande y no respondí: “ser lo que soy” ... sino que me quede pensando.
Me di cuenta de que era más fácil
responder lo que no quería ser que responder lo que si quería.
Justo en ese momento me di cuenta
de que debía detenerme y volver a hacerme la pregunta: Qué quiero ser ó Qué
quiero hacer?
La respuesta solo la tenía yo, y
no tenía que mirar a ningún otro lado.
Cómo me organicé…
Entendí que a lo largo de
mis años, he estudiado muchas cosas: desde el colegio, estudiar y aprender me
encanta, aunque a veces me preguntara y de qué va a servirme todo esto?
Pues resulta que hasta la
contabilidad, siendo yo humanista, me serviría para este reto, pues lo primero
es tomar nota de mis haberes y deberes…y no hablo de dinero, porque allí no hay
mucho que contar!
Primera observación: todo sirve para todo, aunque en el momento en que lo recibes, no lo puedes ver.
En la próxima nota te digo más!